Recuerdos de Mi Querida Yoko
Historia inspirada en la fotografía de Nobuyashi Araki titulada "My wife Yoko".
Nobuyashi Araki. My wife Yoko. Fotografía impresa. 1971
Era una calurosa tarde de verano, mi mujer y yo nos disponíamos a pasear por el campo para ver el paisaje del hermoso lugar que habíamos escogido para pasar nuestra luna de miel.
Era la primera vez que podría estar con ella todo el tiempo, sin tener a su madre como una sombra cerca de mí. Por fin podía disfrutar con ella de una forma plena.
Su rostro mostraba la delicadeza y la pureza de la juventud, un semblante tan tierno y lleno de vida que provocaba en mi persona un reflejo de lo que ella era en su totalidad.
Durante el paseo, decidimos navegar en una pequeña barca en el río, el calor del día se atenuaba con la frescura de las aguas calmadas. Decidimos dejar de remar durante un rato y disfrutar de la belleza que el entorno nos ofrecía. Relajada, mi bella mujer se quedó dormida y no me pude resistir a inmortalizar ese momento. Podía ver en ella una paz que envolvía todo lo que la rodeaba.
Una paz que, a mi pesar, cobró otro sentido tras su muerte.
¿Quién iba a pensar que una persona tan joven y llena de vida podía morir tan pronto?
Como dijo Heidegger: “En el momento en el que nacemos nos disponemos a morir”. Es un concepto duro de asimilar, sobre todo en la época en la que la perdí, pero con el paso del tiempo comprendí y acepté esta condición de la vida.
Ahora, cuando observo su fotografía dormida en la barca, no la concibo con la intención inicial, ahora veo su camino por la Laguna Estigia mientras Caronte la lleva a su lugar de descanso eterno.
